Mete la mano aquí.
Date cuenta es una herida.
Es un dolor.
Soy carne, pedazo, dolor.
Vacío, no existe un día que no persiga un aroma que
tenga recuerdo,
una imagen, porque no les busco somos uno, ellos y yo.
Ya no hay preguntas, ni miedos, las mentiras
desaparecieron.
Un nombre enredado en mi pelo.
Un sexo metido entre mis piernas y un sueño dormido
en mi regazo.
Que arrullo, observo y oculto hasta de mí, mujer
tormenta.
Persona, viviente, total y con destino. Toma el hilo de oro
y camina.
Dime…
¿Me ves?
¿Dónde?
¿Eres capaz de encontrar el camino?
¿Recuerdas perfectamente el lugar donde me dejaste?
Intenta devolverte.
Intenta hacerme escuchar la voz que me permita
nuevamente
descubrir el brillo de tus ojos intactos.
Yo transformo lágrimas en poesía.
Yo transmuto dolores con dibujos sobre lienzos.
Y no me curo.